Imaginemos una manada de lobos.
En ella hay una verdadera armonía y equilibrio entre sus miembros siempre y cuando exista un o una líder soberana.
Esto quiere decir que haya alguien que está encargado de organizar y gestionar cada paso que da el grupo. Este guía tiene que tomar cada decisión, y todas son de vital importancia porque afectan al grupo. Por este motivo, el líder tiene que estar centrado en su papel de guía y no puede perder el tiempo prestando una atención individual a cada miembro del grupo.
¿Cómo lo hace entonces?
Su forma de trabajo se centra en dar autocontrol a cada individuo, corrigiendo solamente lo que está mal desde su punto de vista y para el resto cada miembro es libre.